Desde finales de Noviembre he venido celebrando diversas fechas importantes en mi vida. El quinceañero de mi hermana, los cumpleaños de algunos amigos, mi fiesta de graduación, algunas chocolatadas, la finalización de mi primer trabajo al culminar la universidad, mi cumpleaños, dentro de un rato la Navidad y dentro de una semana Año Nuevo, por ello he descuidado un poco mi Blog y a ustedes mis queridos lectores.
Quiero que sepan que prometo que en enero comenzaré nuevamente con fuerza, todavía no me despido de este año porque este post no es para eso, sino para recordarles el bello significado de la Navidad.
Y es que el nacimiento de este ser al que todos conocemos, Jesús, es indudablemente una fecha para conmemorar. Ya sea en cualquier religión y en cualquier credo, Jesús fue un ser especial, nos dejó hermosas enseñanzas y sabios consejos de como vivir nuestras vidas.
Además, la Navidad se ha convertido en una fecha que une a todo el mundo, en una conspiración de amor. Ya sea tradición o no, la Navidad no es un momento ni una estación, sino un estado de la mente. Donde las personas más que nunca valoran la paz, la generosidad y la unión familiar.
Los colores de la Navidad, las luces, los árboles, la decoración, el gordo papa Noel y sus regalos, representan la alegría de esta fecha, pero no el verdadero significado. La Navidad es más que eso.
En Navidad se pide perdón, se disculpan los errores cometidos durante el año. Se hacen promesas a ese niñito Jesús que está por nacer, se saluda a las personas con las que ya no hablabas, se abraza y se recuerda cuánto se quiere a los seres queridos. 
Este Post quiere regalarles un poquito de todo el amor que siento por cada uno de los que me lee. Sígánlo haciendo, gracias. Espero que tengan la mejor Navidad de sus vidas al lado de sus familias y de las persona que quieren. Millones de Bendiciones. A algunos conozco y a otros no. Pero a todos, con todo mi cariño, les mando la receta de la Navidad: juntemos varias medidas de ilusión, una pizca de amistad y un gesto de ternura. Horneemos la mezcla con un ánimo paciente. Envolvámosla con risas, luces y canciones. Y finalmente, ofrezcámosla con el corazón. Que en estas fiestas, la magia sea tu mejor traje, tu sonrisa el mejor regalo, tus ojos
el mejor destino, y tu felicidad mi mejor deseo FELIZ NAVIDAD.
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