Páginas

miércoles, 29 de enero de 2014

I. Primera aparición del amante sin rostro.

Todo comenzó con un sueño. Esto puede parecer una frase tan trillada pero fue así. Son las 11.30 pm y decidí volver a escribir, aunque ya lo había decidido antes, era esta vez sí o sí.

Estoy sentada en un sillón rojo, de un gran cuarto oscuro, escribiendo solo con la luz de mi computadora personal encendida, terminando de ver una película sobre música indi. La música lenta y la paciencia que me proporcionó me gustaron, así como el conjunto de tonalidades. Debo reconocer, pues, que mediante las películas aprendo como cuando leo un libro, con la única diferencia de que acá hay figuritas que se mueven y hablan. Sigo en el oscuro cuarto, por cierto escuchando, a Blake Tomas.


Si tú no sabes quién es este hombre, hasta hace poco yo tampoco lo sabía. Pero escuchar ese sonido que acompaña a Sara, la primera canción que escuché de él, me estremece el cuerpo. Es una canción triste y creo que sentir la tristeza del artista al cantarla es lo que hace que me guste. 

Estaba por contar mi sueño, aunque recuerdo poco de él. Recuerdo algunos fragmentos. “Él” cuando me rozó la mano, sí solo la mano, cuando me abrazó y me dijo que me amaba, pero no recuerdo su rostro casi como una sombra lúgubre y contorneada. Él cuando me dijo que nos volveríamos a ver y que solo lo piense antes de dormir: para poder encontrarnos. ¿quién eres?¿te conozco? ¿existes? ¿o solo perteneces al mundo de mis sueños?

Son las 11.35 y solo escribí esto.

Para ser la primera vez desde hace muchos años que retomo esto creo me fue bien.  ¿Cómo se hace? ¿Cómo vuelves a escribir si te da miedo hacerlo?¿Si temes que por qué no sigues algún patrón o modelo preexistente lo que escribes está mal?  Confieso que me da miedo no volver a escribir. Me da miedo dejar de hacerlo por mí. No sé si lo hago bien o mal.  Pero esta vez sí que no quiero dejar de hacerlo. 

Ya muchas veces he dejado varios cuentos en el olvido y tengo pena por ellos, porque nunca llegaron a ser. Espero que este, aunque sea tenga algún fin. Un fin que quizá terminé con un nuevo comienzo.

Y dejé mi sueño de lado, es que no logré recordarlo. ¿Era un campo? ¿Era una ciudad? ¿Cuántas personas había? ¿cómo eras?¿eras alto o bajito?¿eras flaco, gordo o agarrado?¿te gusta el cine, la música y la lectura? ¿te gusta bailar al son del ritmo de la música sin importar lo que los demás piensan?¿te gusta caminar a mi lado?¿te gusta apreciar lo hermoso de la simpleza de las cosas?¿quién eres? ¡QUIERO CONOCERTE!. 

Preguntas y más preguntas, así fue como me levanté hoy, con miles de preguntas. Cómo si todo ello me importara, como si no solo fuera una proyección de alguien que espero y que no sé si exista en el mundo real… Esta vez, confieso, que lo único que me importa es encontrarme con él nuevamente, esta noche en mi sueño. 

Quizá esto de escribir sea solo un pretexto para dejar registrado que en mis sueños lo conocí y para que antes de dormir, relea estas líneas y sueñe nuevamente con él. Ahora comienzo nuevamente a dormirme y ya saben en quien pensé antes de hacerlo, en mi amante sin rostro, en mi amante desconocido.